¿Es posible implementar políticas de integridad por medio de sanciones en las empresas o instituciones públicas?
El soborno solamente beneficia al que lo ofrece y al que lo acepta. El valor del soborno finalmente alguien lo pagará, se perjudicará ahora o más adelante.
Por tanto las políticas de integridad y los sistemas antisoborno no deben ser aplicados por el miedo a una sanción, sino por la conciencia de los daños que los sobornos y otras formas de corrupción producen a la empresa, los inversionistas, los funcionarios y colaboradores, los proveedores, los clientes, los usuarios, la comunidad y las partes interesadas.
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