“Yo creo que es mejor pensar que Dios no acepta sobornos.” – Jorge Luis Borges
Enfrentar el soborno: un reto global
Hoy en día, tanto en el sector público como en el privado, se reconoce ampliamente la necesidad de prevenir la aparición y práctica del soborno. Este fenómeno, además de ser un acto ilegal y poco ético, erosiona la confianza en las instituciones, genera pérdidas económicas y deteriora la reputación de las organizaciones.
Por ello, cada vez más empresas entienden que deben instaurar integridad, transparencia y meritocracia como pilares permanentes de su gestión, blindando sus procesos frente a esta forma de hurto.
De hecho, si consideramos la definición de hurtar según la Real Academia Española —“Tomar o retener bienes ajenos contra la voluntad de su dueño, sin intimidación en las personas ni fuerza en las cosas”—, el soborno puede entenderse como una de sus variantes más dañinas.
La cultura antisoborno: un nuevo estándar organizacional
Adoptar una cultura antisoborno es tan esencial como otras prácticas ya consolidadas:
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La cultura de calidad, orientada a proteger los intereses de los clientes.
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La cultura ambiental, enfocada en preservar los recursos naturales para las actuales y futuras generaciones.
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La cultura de inocuidad alimentaria, que protege la salud de los consumidores.
De la misma forma, la cultura antisoborno busca proteger los intereses de las organizaciones, evitando fugas económicas, pérdida de prestigio en los mercados, sanciones legales y la desmotivación del personal.
Sistemas de gestión antisoborno: prevención antes que corrección
Un sistema de gestión antisoborno no garantiza la desaparición total de estas prácticas, pero sí permite prevenir, detectar y enfrentar los intentos de soborno.
Su eficacia radica en la prevención, mediante controles y medidas que dificulten y desincentiven la ocurrencia de sobornos. Esto implica analizar los riesgos potenciales en procesos, proyectos y operaciones, y diseñar estrategias para mitigarlos antes de que se materialicen.
ISO 37001: la norma internacional para combatir el soborno
En este contexto, la ISO 37001 se ha convertido en una herramienta clave tanto en el sector público como en el privado. Esta norma establece directrices para la implementación de un Sistema de Gestión Antisoborno basado en riesgos, que incluye:
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Identificación y análisis de riesgos de soborno.
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Priorización de riesgos críticos.
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Definición e implementación de medidas de control.
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Integración de estas medidas en el sistema de gestión general de la organización.
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Evaluación periódica de la eficacia del sistema.
Su enfoque es principalmente preventivo, reforzando la capacidad de las organizaciones para mantener entornos más transparentes y sostenibles.
Conclusión
El soborno no solo es un problema ético y legal, sino también un freno para el desarrollo organizacional y social. Adoptar una cultura antisoborno y sistemas como la ISO 37001 no es una opción, sino una necesidad para las organizaciones que aspiran a ser competitivas, sostenibles y confiables en el tiempo.
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