ENFOQUES DE GESTION DE PROYECTOS
Existen dos enfoques para la gestión de proyectos. Cada uno se apoya en un paradigma diferente pero ambos buscan la optimización de los resultados.
Paradigmas de gestión de proyectos
Los proyectos han existido siempre. Desde las pirámides de Egipto pasando por las obras de infraestructura de la antigua Roma hasta los rascacielos de nuestra época, ha sido necesario planear, ejecutar y controlar.
Que no nos sorprenda que en muchos lugares y épocas ha habido quienes se limitaron simplemente ha ejecutar proyectos sin previa planeación, con resultados generalmente desastrosos los cuales los podemos ver actualmente en nuestros propios países.
A partir de la posguerra este paradigma cambió al PHVA: planear, hacer, verificar, actuar, que nació de los conceptos de calidad y mejora continua, y desde entonces y hasta ahora es el paradigma referente adoptado y aceptado a nivel mundial tanto para la gestión de proyectos como para la gestión de la calidad.
Ambos paradigmas se fundamentan e inician en la planificación, asumiendo que primero se planifica, luego se ejecuta lo planeado y se confirma que se ha ejecutado lo que fue planificado.
En la última década un nuevo paradigma ha surgido como resultado de la dinámica de los cambios, es decir, la velocidad con la que los cambios se generan e impactan al desarrollo y calidad de vida de las sociedades.
Este fenómeno está demandando flexibilidad y capacidad de adaptación a dichos cambios. Ha dado lugar al enfoque ágil de gestión de proyectos.
Enfoques
El enfoque tradicional (o también llamado de cascada) parte de la definición detallada del alcance y características del resultado del proyecto o producto y a partir de él, se define el tiempo y costo requeridos.
En el enfoque ágil se parte del establecimiento del tiempo y costo y a partir de ellos se define el alcance y características del resultado del proyecto o producto.
La aplicación del enfoque tradicional asume que las necesidades del cliente o usuario deben ser identificadas y definidas previamente, y que a partir de ellas se debe establecer con el mayor detalle posible el resultado o producto del proyecto.
Esto es y ha sido así, y ha sido aceptado hasta ahora sin embargo la velocidad del cambio actual promovido por el gran desarrollo de las tecnologías y la conectividad global que el internet ha provisto a los clientes y usuarios, ha demandado agilidad en la gestión de proyectos.
Este nuevo enfoque ágil asume que los costos y tiempos deben ser competitivos, cada vez menores y se asume por tanto que deben ser fijados por las demandas del mercado y las ofertas de la competencia.
Se logran resultados progresivos que se van ajustando dinámicamente a los requerimientos del cliente o usuario hasta lograr la mejor versión posible dentro de los límites de tiempo y costos.
“La metodología ágil se basa en un desarrollo incremental e iterativo (es decir, el proceso de planificación es evolutivo y se va detallando a medida que avanza el proyecto)”. (https://redbooth.com/hub/es/modelos-gestion-proyectos-metodo-agil-vs-cascada/)
Las habilidades necesarias para la aplicación de ambos enfoques de gestión de proyectos difieren.
Aplicación
Actualmente se aplican ambos enfoques de gestión de proyectos.
El enfoque ágil es el más utilizado en proyectos de desarrollo de software o proyectos donde el producto del proyecto es intangible o al menos relativamente intangible en los cuales se admite la adaptación de los resultados del proyecto a un mercado cambiante.
El enfoque tradicional es aplicado principalmente en proyectos de infraestructura o servicios privados o públicos generalmente de montos y complejidad técnica alta que no admiten cambios fundamentales durante su ejecución.